7.8.07

Blanco



Ella se divertía como una niña.
Sus ojos rebosaban de alegría.

Todo su cuerpo se contorsionaba al ritmo de alguna vieja canción
que resonaba en su cabeza.

Mientras cerrando los ojos gritaba “¡nieve, nieve!”.
Y esos pequeños copitos –los primeros que veía en su vida—se hacían agua al tocar sus manos estiradas hacia el cielo.
Agua que recorría las arrugas de su rostro como si fueran caminos.

(a mi abuela Elsa)



1 comentario:

Anónimo dijo...

hola prima, me encanta lo q escribiste... la veo, la escucho reir... me emosiona... me atemoriza pensar en cuando no este